Muy feliz domingo estimados suscriptores. Semana movidita en el nicho de las redes. No los voy a aburrir con la telenovela de Elon Musk porque su psicosis no para pero afecta, en un punto, a esta plataforma en la que estás leyendo este boletín. Es que el dueño de twitter bannea -oculta y saca visibilidad- a los links de Substack y los marca como peligrosos. Para competir con la plataforma de newsletters, ahora Twitter permite tuits, para quienes paguen, de 10.000 caracteres y Substack lanzó Notes, una especie de twitter en su sitio web.
Es que todo se trata de soberanía. Tenemos a nuestros seguidores presos en cada plataforma. Si esta se rompe, se pone peligrosa o simplemente, cambia el algoritmo, se modifica el alcance y las visualizaciones descienden abruptamente. Pasó con todas las redes sociales y sino, ¿recuerdan MySpace?…
Soberanía es poder priorizar el contenido más allá de la plataforma y no depender de nadie. Pero eso va en todos los aspectos de la vida pero, en especial, en el tema que desarrollo en esta misiva del día de hoy: la ruta de nuestro consumo. Y sí, la mano invisible del mercado pero mediada por la ilusión del progreso tecnológico. Espero que disfruten leer el news tanto como yo al hacerlo.
Este newsletter te llevará, de lectura, alrededor de 8 minutos.
Consumir sin intermediarios: MAPPA y otros conceptos
Estuve de visita en la feria MAPPA, en la que conviven dos mundos diferentes: restaurantes de la alta gastronomía y más de 350 pequeños productores. Es un lugar con precios accesibles para probar comida que, en la vida real, está lejos de los bolsillos de muchos de nosotros. Ir a comer a Anafe es rico pero se complica por lo poco accesible, como todo el Fine Dining ¿lo que? Las chicas del Mapa de Barmaids lo explican aquí y me desasnaron de este concepto a raíz de la película El Menú. Sin embargo, en esta feria tenemos la oportunidad de probar el espectacular paté de Anafe por 600 pesos. No podríamos ir a sentarnos con previa reserva de días anteriores a ese lugar solo para probar un tentempié. Esa es la idea con todos los stands: pequeños platos a lo que valen, pero que se pueden pagar desagregados. Lo que sí es diferente es acceder a los productores de primera mano, esos que solo venden en ferias nacionales, que son de todos los rincones del país. Sin intermediarios y a un precio justo para el comprador y para el dueño del producto. Pero estamos mediados, vivimos en el capitalismo, por supuesto y acceder a todo sale más.
Está la ilusión de que las aplicaciones democratizan el acceso pero hacen, muchas veces, todo lo contrario. Dumping de mercado. Miren la disparidad de precios de un taxi y un Uber. Pero los pocos taxis que quedan. O los precios de la comida en aplicaciones. Pagamos muchos extras con la ilusión de que con solo apretar un botón llega a nuestra casa. Claro que la misma situación pasa cuando elegimos ir a un supermercado o a un mercado de barrio. ¿Lo piensan? ¿Eligen comprarle al comerciante de la otra cuadra?
Todo se trata de soberanía. De pensar cómo queremos gastar nuestro dinero y también, el recorrido que este hace la mercancía hasta llegar a casa. Ayer un ciclista de Pedidos Ya venía en contramano en una avenida sin luces, de noche. Todos los días veo a los pibes y pibas (y también gente más grande) poner su cuerpo como caballos de fuerza, sin tener cuidado por ellos mismos y sin medidas de seguridad. Lo pienso muchas veces antes de hacer un click fácil. Si, es trabajo, pero estamos siendo parte de algo mayor y hay que deconstruir este progreso, que no es tal.
Ladrón que roba a ladrón: las discográficas contra la inteligencia artificial
Perdón por poner ya un juicio de valor en el título pero el tema es así: Universal Music Group quiere que Spotify y Apple Music bloqueen a los bots y herramientas automatizadas de inteligencia artificial para que dejen de robar las canciones de sus artistas. Es que la AI se afana tanto letras como música. ¿Se afana? Si, no paga derechos de autor, algo tan canibalizado que cada vez tiene más ceros por delante del centavo.
Universal Music Group cuida las arcas de Elton John y Taylor Swift y no quiere que sea utilizada para el entrenamiento de las múltiples herramientas que toman datos de las plataformas. Por el momento, ninguna plataforma de streaming se pronunció al respecto pero sabemos que en Apple Music y Spotify las funcionalidades de inteligencia artificial están modificando hace muchos años el consumo de música a través de sus listas automáticas, sus recomendaciones, sus servicios de DJ digital y las propuestas que te hacen basadas en el algoritmo pero, sobre todo, en sus acuerdos comerciales.
Spotify, con música de discográficas, hacen lo mismo que reclama UMG: la aplicación está llena de música “funcional”. Según la empresa de música sonora Endel, se generan 10 mil millones de transmisiones por mes, lo que significa entre un 7% y un 10% del total de música que circula por streaming. Los seres humanos reales están escuchando a las máquinas.
Hay cada vez más herramientas “gratuitas” de inteligencia artificial que emulan todo: voces, fotos, textos. De hecho, la más pintoresca es la que se viralizó de Duki. Para digitalizar, aún más su voz, se uso Diff-SVC, una herramienta gratuita de código abierto. Lo pueden hacer cantar cualquier cosa, desde el trap hasta tango. Lo cuento aquí.
Espejito espejito: ¿quien es la IA más linda?
Esta semanas hemos visto en los perfiles de todos nuestros amigos fotos generadas por inteligencia artificial. Fue furor porque no había que pagar para probar. La herramienta se llama Vana Portait y nos pide, “desinteresadamente”, que agreguemos 8 fotos nuestras para poder crear un retrato en inteligencia artificial. Los resultados, en general, no son fidedignos sino que un cúmulo deformaciones de nuestras facciones. Además, como todos estos sistemas gratuitos, se nutre de nuestra información fotográfica para acopiar su base de datos. Hoy no le vemos el problema pero estamos saliendo cada vez más del anonimato para dejar nuestro ADN digital en la red, sin soberanía alguna sobre nuestros genes. Es más, este sitio, Vana, ofrece hacer tu “Yo Digital”, no solo fotográfico, sino también robótico: solo hay que entrenar a la herramienta con nuestras características para poder acceder a una charla con una especie de Chat GPT con nosotros mismos. Pero reitero, toda la información que le damos sobre nuestra personalidad, deja de ser nuestra. Por el momento todos estos sitios y apps se muestran como espectaculares, sin tener en cuenta que, además de ser burdos, no devuelven información que sirva para demasiado. Desde Vana hasta Chat GPT: puede ser asombroso pero, como dijimos, miente, alucina, otorga datos erróneos y no es confiable. Aquí algunos ejemplos que estuve dando estos días.
Recomendados 📺 🍯 ❤️ 📲
The Marvelous Mrs. Maisel: Ay, qué belleza esta serie y acaba de estrenar su última y quinta temporada. El guión, la historia, ¡el vestuario!, ella, su humor, todo. ¿La trama? Drama y comedia, la historia de una ama de casa judía que vive en Nueva York de los años 50 y 60 que deviene en comediante apenas separada. No quiero spoilear, los laureles se los lleva no solo su protaginista, Rachel Brosnahan, sino todo el elenco.
Miel de uva: Visité MAPPA, la feria gastronómica del Mercado Argentino de Productos y Productores Agroalimentarios que se realiza en Colegiales dos veces por año. Mucha gente se quedó afuera porque había que sacar entradas con anticipación: es gratuita pero además, accedés a conocer una diversidad de productos de sus productores de primera mano. Mis compras elegidas, la deliciosa miel de uva de Tahuainti y el dulce de batata y de membrillo de Profecía.
Una canción de IAmor: Entre las ya muchísimas herramientas para hacer cosas con inteligencia artificial se lanzó este generador de letra y música con inteligencia artificial. El resultado demuestra que la creatividad, por ahora, no se puede programar. Pero pueden probar dandole un comando con la temática de una canción que quieran componer. El resultado de Beatbot.fm, según mis propias pruebas, es horrible y pintoresco a la vez.
TranscribeMe: ¿Cansado de que te manden audios eternos o que no podés escuchar? Este bot te los transcribe. Y lo recomiendo porque funciona de una manera espectacular (casi instantáneo y te hace, además, un resumen de la charla). Lo que hay que hacer agendar este número (+54 9 11 5349-5987), reenviarle el audio y listo. Es gratis, ilimitado y fue desarrollado por dos ingenieros argentinos. Si bien garantizan la privacidad, les recomiendo usarlo con audios que no revisen importancia a nuestras vidas privadas.
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